Hace unos días visité la extraordinaria iglesia de Santa María de Melque, cerca de Toledo en un paraje bastante alejado de la civilización.
La iglesía es muy original y se adapta mal a los estilos conocidos. Se trata de una iglesia visigoda (¿o visigótica?) del siglo VII que tiene rasgos tardo-romanos, visigodos y mudéjares.
La iglesia ha sido restaurada y habilitada para su visita en un complejo de interpretación de los templarios. No hace demasiado tiempo era utilizado por pastores para guardar sus ovejas.
Parece que la iglesia perteneció a un conjunto monástico creado en el siglo VII sobre una quinta romana con cinco presas sobre los dos arroyos que rodean al montículo donde está ubicada.
La iglesia no se contruyó demasiado tiempo atrás a la conquita musulmana de la península. Puede incluso que se siguiera construyendo durante la invasión y siguiera manteniéndose el culto por una comunidad mozárabe que luego desaparecería y sería utilizada de defensa por los árabes.
Con la conquista de toledo por Alfonso VI de Castilla en el 1085, vuelve a su función litúrgica sin perder su funcíon militar. Los templarios convirtieron la iglesia en torre defensiva y se relaciona con el cercano castillo de los templarios de San Martin de Montalbán.
La curiosidad de este lugar es la teoría del investigador toledano José Ignacio Carmona, que indaga en su libro, «Santa María de Melque y el tesoro de Salomón», sobre el posible paradero de los objetos que conformarían el caudal de este rey de Israel, entre los que se encontrarían el Arca de la Alianza, la Menorá o la famosa Mesa de salomón, que habrián llegado a la Península Ibérica de la mano del rey visigodo Alarico I tras el saqueo de Roma en el año 410.
La mítica mesa de Salomón, con propiedades mágicas, construida por el sabio rey Salomón, que incluía en ella, en clave geométrica el nombre oculto de Dios y que otorgaba el poder de ver pasado, presente y futuro, además de su valor material, pues se suponía hecha de una o muchas esmeraldas y oro fue llevada a Roma en el año 70 d.c. tras el saqueo y destrucción del legendario templo. Los godos se harían con el tesoro en el saqueo de Roma y sería llevado primero a Tolosa y un siglo después a Toledo, tras el avance de los Francos.
Tras la entrada de los musulmanes en la península, la corte visigoda escondería los tesoros y reliquias que representaban la fuerza de la tribu y la legitimación del poder. Uno de estos tesoros son las coronas y cruces ofrecidas por los reyes como exvotos a la catedral de Toledo, fue encontrado casualmente en Guarrazar (sitio cercano a la iglesia de Melque). El investigador Carmona defiende que también podría estar oculto el tesoro de Salomón en los alrededores de Toledo y por sus investigaciones el sitio probable sería esta iglesia. Parece que en la iglesia hay un pozo que conectaría con galerías subterráneas que llevarían incluso hasta el distante castillo de Montalbán, a cinco kilómetros y en que podría estar oculto el tesoro.
Todo parece una novela de intriga, porque parece que mucha gente y grupos masónicos e esotéricos. Incluso los nazis estuvieron por Toledo y alrededores en busca de los tesoros de los visigodos.
jueves, 17 de diciembre de 2015
sábado, 2 de mayo de 2015
¿Quienes fueron los sibaritas?
Los
sibaritas fueron los habitantes de la ciudad de Sibari, ciudad de la Magna
Grecia, en el sur de Italia.
En el
año 721 ac. Colonos griegos aqueos, venidos del norte del
Peloponeso, fundaron la ciudad de Sibari. Al principio se dedicaban a la
agricultura y ganadería, pero la ciudad
estaba en un lugar muy estratégico para el comercio, por ser un buen paso entre
los mares Jónico y Tirreno. Sibaris se convirtió en una especie de puerto
franco a la que afluían riquezas de todas partes. Llegaron las riquezas y con ella el lujo.
Se dice que había canales por toda la ciudad que traían el vino directamente del campo a la ciudad y no se dejaban trabajar a los herreros y carpinteros por el molesto ruido que producían para tan refinados vecinos.
Existen escritos sobre sibaritas famosos, que destacaban por su excentricidad y refinamiento. Así Séneca hablaba de un tal Mintridades: ““Dicen que en la ciudad de los sibaritas hubo un tal Mintrídades que, al ver a un hombre que cavando levantaba mucho el azadón, se quejó de que este espectáculo le fatigaba y prohibió que semejante faena se hiciese en su presencia; y también se quejó a menudo de irritación de la piel por haberse tendido sobre arrugados pétalos de rosa…”.
Se dice que había canales por toda la ciudad que traían el vino directamente del campo a la ciudad y no se dejaban trabajar a los herreros y carpinteros por el molesto ruido que producían para tan refinados vecinos.
Existen escritos sobre sibaritas famosos, que destacaban por su excentricidad y refinamiento. Así Séneca hablaba de un tal Mintridades: ““Dicen que en la ciudad de los sibaritas hubo un tal Mintrídades que, al ver a un hombre que cavando levantaba mucho el azadón, se quejó de que este espectáculo le fatigaba y prohibió que semejante faena se hiciese en su presencia; y también se quejó a menudo de irritación de la piel por haberse tendido sobre arrugados pétalos de rosa…”.
Dicen que el
refinamiento fue la causa de su perdición y destrucción. Los sibaritas enseñaron a sus caballos a
danzar con la música, creando lo que sería la primera escuela de danza de
caballos. Esto hacía que los desfiles
fueran espectaculares con la música y los caballos danzantes.
En el año 510
ac. Sus vecinos de Crotona (otra colonia
griega) atacaron Sibari. Para hacerlo se informaron bien sobre sus refinamientos, a fin de encontrar una manera fácil de acabar con ellos. Así fue como llevaron una orquesta al campo
de batalla. Al sonar la música, los caballos se pusieron a danzar. Los
Crotanos ganaron la batalla y destruyeron la ciudad.
Curiosa es la
leyenda sobre el origen de Sibaris. Como siempre, los griegos solo les gustaban
otros griegos, hombres, naturalmente…
En la Antigua Grecia había un joven muy bello nacido en Delfos
llamado Alkioneus. En una gruta de la montaña Kirfis, cerca de Delfos, se
encontraba un monstruo llamado Síbaris que sólo salía de su guarida para
devorar hombres y rebaños. La población, aterrorizada decidió pedir ayuda al
Oráculo quien dijo que sólo se acabaría con el monstruo ofreciéndole un hermoso
joven de la ciudad. Y, como no, el elegido para tal sacrificio fue Alkioneus.
Cuando lo coronaron y era conducido en procesión hacia la guarida de Síbaris,
apareció otro joven muy bello, Euribatos que quedó inmediatamente enamorado de
Alkioneus y se ofreció para sustituirle en el sacrificio. Alkioneus, mientas
Euribatos se iba hacia la guarida le dijo que jamás podría pagarle el
sacrificio que hacía por él y Euribatos cobrando una fuerza y valor de un
héroe, se lanzó hacia el monstruo, lo sacó de la gruta y lo lanzó contra una
roca destrozándole la cabeza. Entonces, la fiera desapareció y de donde había
sido estrellada surgió una fuente llamada Síbaris. Los lorcios a los que
pertenecía Euribatos fundaron la ciudad de Síbaris en Italia, famosa por sus
riquezas y placeres. A los afortunados moradores de Síbaris se les dio el
nombre de sibaritas.
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